domingo, 29 de noviembre de 2009

ARRIPÁPALOS


Ingredientes:
1/2 vaso de aceite de oliva
1/2 vaso de vino blanco
Canela en rama
Anís en grano
Cáscara de naranja seca
1/4 kgs. de harina
Ralladura de limón
Aguardiente o anís
Zumo de una naranja
Azúcar

Este dulce forma parte de mis recuerdos de niñez, cuando mi abuelo Manuel me daba la masa para que yo la diera la forma que quisiera y luego me los freía especiales para mí.

Se ponen a hervir el vino blanco, unas ramitas de canela, una cucharadita de anís en grano y una cáscara de naranja seca, cuando ha hervido se aparta hasta que se haya enfriado y se reserva.

Se pone en un bol grande la ralladura del limón, el aceite de oliva, el vino colado, un chorrito de aguardiente, el zumo de una naranja y se añade harina hasta que la masa admita. Debe poderse trabajar con las manos sin que éstas se queden aceitosas. Se trabaja bien la masa.

Se pone a calentar en un cazo hondo abundante aceite de oliva. Yo escogí uno pequeño puesto que hay que ir friéndolos practicamente de uno en uno.

Se harina en la encimera y se van haciendo las unidades como si fuesen rectángulos de 8x4 cm con los bordes redondeados planitos.




Se van echando en el cazo del aceite uno a uno con el aceite ni muy fuerte ni muy flojo (ahí está el secreto de que se hinchen y se den la vuelta ellos solos como cuando se hacen buñuelos), se les ayuda con la espumadera para que se den la vuelta y se sacan para que escurran el aceite sobrante en papel de cocina. Todavía templados se les reboza en azúcar. Hay que ir abriendo los primeros para asegurarnos que no se nos quedan crudos por dentro.

Deben de quedar huecos y darse la vuelta ellos solos. Se trata de ir probando la temperatura del aceite y el grosor de la masa. Vamos prueba ensayo-error.

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